En honor a Cris, la creadora de sueños, escrivo esto. Sus palabras, que tantas veces me han inspirado a mi y a muchos otros:
Entiendo a los malos,
a los que hacen cosas horribles, los entiendo. Yo creo que los malos son gente que simplemente no tuvo
otra alternativa.
Yo mismo soy una mala que simplemente tuvo la oportunidad de cambiar, y la
aproveché. Entiendo a los malos porque sé que simplemente buscan alguien
a quien amar.
Me voy porque necesito encontrar a alguien a quien amar.
Nuestro corazón es como un motorcito chiquitito que todo el
tiempo busca y busca, busca encontrar a alguien a quien amar. No se
cansa nunca, aunque estemos vencidos él siempre busca y busca, porque un
corazón necesita amar.
A veces nos pasamos cincuenta calles, equivocamos el camino y el
corazoncito sigue ahí, incansable, diciéndonos ‘no es por aquí’, pero no
lo escuchamos. Creemos que lo que el corazón busca es alguien que nos
ame, pero no, el corazón no es tan egoísta, él solo busca alguien a
quien amar.
Pero al final siempre el corazón se hace escuchar ¿Cómo ignorar esos
latidos que son señales que nos indican el camino? Y yo, estoy
escuchando mi corazón, me dice que lo que busco no está ahí, que no
estuvo ni estará ahí. Un corazón necesita alguien que se deje amar
porque esa es la busca más simple y más compleja de este viaje, alguien a
quien amar.
Uno puede estar ciego gran parte del viaje, pero tarde o temprano
empieza a ver el camino. Y yo estoy en eso, buscando ese lugar donde al
fin esté mi roto para esta descosida.
Uno puede estar perdido, pero buscar el camino ya es parte de
encontrarlo. Aunque te gane la desesperanza, aunque te gane el dolor,
aunque creas que es demasiado tarde, busca en tu corazón, busca en tu
alma mal herida. En algún lugar fuera de tu burbuja habrá alguien a
quien amar.
Busca incansablemente, irremediablemente, porque para eso venimos a esta vida, para encontrar a alguien a quien amar.
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